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Emprender Negocios Lean

Emprender un negocio 2020

La estadística nos dice que es preferible hacer varios intentos en un periodo corto de tiempo que tomarnos todo el tiempo para hacer un solo intento. Es que cada que nos equivocamos descubrimos “un nuevo modo de no hacer las cosas” y quedan menos oportunidades de equivocarnos, o digamos, estamos un paso más cerca de encontrar el modo correcto.

Pero al momento de emprender, no siempre tomamos este enfoque. Es común querer prepararnos del mejor modo posible y tener lo más aproximado a la respuesta correcta antes de invertir en un nuevo negocio. Tiene sentido, porque probablemente muchos de nosotros hemos aprendido que los problemas son binarios y la respuesta tiene sólo dos posibles formas de presentarse “la correcta” y “la incorrecta”.

Pero emprender se parece mucho más a este reto del billete y la botella. No existe una sóla respuesta correcta y al final, un ejercicio de prueba y ensayo es el modo más efectivo de lograr un resultado.

Si hablamos de cómo podemos utilizar el método de “prueba y error” sin acabarnos nuestros recursos en el intento, pensemos en el problema de la botella. Si tuviéramos 10 minutos para resolver el reto, intentaríamos únicamente métodos sencillos. No hay tiempo para inventar un dispositivo de telequinesis. Vamos a realizar intentos pequeños, observar la reacción y detenernos inmediatamente en caso de observar que la botella se puede caer y romper.

Es igual con el emprendimiento, vamos a buscar lo que en el método Lean Startup se llama Producto Mínimo Viable. Lanzar al mercado algo pequeñito, lo más sencillo, económico y simple que se nos pueda ocurrir. Por que nuestro objetivo no es “tener razón” sino “aprender”. Queremos aprender que opina el mercado y como reacciona nuestro negocio a partir de esta dinámica.

Cuando emprendemos con un exceso de planeación, nos parecemos a aquella persona que piensa en su mente el resultado de cada acción sin tener una verdadera certeza. El riesgo de planear en exceso es que es posible que en el proceso nos terminemos nuestros recursos y después de descubrir que cosas no funcionan, no tengamos suficiente tiempo o dinero para realizar los ajustes que hemos aprendido.

De acuerdo con el método Lean Startup, o lo que conocemos como “prueba y error”, un excelente método para emprender es identificar un Producto Mínimo Viable sabiendo que es muy probable que nos equivoquemos, pero nuestro aprendizaje será rápido y barato.

Si realmente lanzamos al mercado algo sumamente sencillo, los costos serán realmente bajos, la respuesta del mercado será fácil de interpretar y será posible hacer cambios para encontrar el modelo de negocio que va a funcionar.

Pivote Zoom In y Fuente de ingresos

Ahora, tienes un producto mínimo viable, lo mandas al mercado y resulta que no funciona como tu esperabas. Lo siguiente será ajustar e intentar algo nuevo.

Si tu modelo de negocios no funciona, podemos intentar la estrategia “zoom-in” – ósea en vez de ver nuestro negocio como un todo, aumentar la imagen y enfocarnos en una sola característica y sacar al mercado esa característica sola. Algo que por ejemplo considerabas tu ventaja competitiva, puede ser tu producto o servicio en si.

Otra estrategia es cambiar nuestra fuente de ingresos. Tipo, imaginas que le vas a cobrar a un cliente final por tu producto o servicio, pero tal vez alguien más está dispuesto a pagar por que tu hagas tu negocio. Por ejemplo, una revista digital, no vive de cobrarle a sus lectores… sino de lo que le cobra a sus patrocinadores.

Así que ya sabes, empieza del modo más sencillo posible. No importa lo que tu pienses de tu negocio, sino lo que tu mercado piensa de ti. Atrévete a cambiar de opinión, de enfoque de ideas. Cada que pongas a prueba una teoría, estarás más cerca de la respuesta.

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5 cosas que debes analizar si aún no has emprendido

¿A dónde se van las ideas de negocio? Todas esas conversaciones que se llevan a cabo en las cafeterías y esos momentos de inspiración que aparecen a mitad de la noche. Muchos de nosotros hemos tenido ideas de negocio maravillosas y la mayoría de las veces terminamos por no ejecutarlas. Y es que, cuando se trata de emprender, existe un gran filtro que separa a las personas que tienen una idea de aquellas que toman acción. Tomar acción tiene mucho que ver con la determinación, pero la determinación no es una virtud de unos cuantos, es algo a lo que todos podemos acceder.

Motivos Poderosos

Para encontrar la determinación que nos llevará a emprender es importante estudiar y reconocer algunos aspectos acerca de nosotros mismos.  Porqué tomar acción no depende de la calidad de la idea, sino de nuestra capacidad de llevarla a cabo. Y para crear esa capacidad, empecemos por reconocer los motivos detrás de nuestra intención de emprender. No todo motivo tiene que ser “quiero tener una empresa millonaria y tras-nacional” existen razones muy válidas como “demostrar que somos capaces” o incluso “ganar lo mínimo necesario”. Si encuentras que tienes una idea “millonaria” pero en el fondo tu sólo quieres “un ingreso extra” no vas a ejecutar tu idea. Por el contrario, si tu idea es congruente con tu motivo, encontrarás fácilmente la determinación para actuar.

Afinidad con el negocio

Vamos a hablar también de nuestra afinidad con el negocio que hemos elegido y lo que estamos dispuestos a hacer o dejar de hacer para que suceda. Platica con personas que tengan negocios similares, ¿qué lugares frecuentan? ¿En qué horarios trabajan? ¿Qué es lo que más retador para ellos? Si para ti, alguno de estos esfuerzos en el “fondo no lo vale”, pronto vas a encontrar que no le estás dedicando el tiempo y esfuerzo necesario a tu negocio. Elige competir en negocios donde tus gustos, fortalezas y habilidades te darán una ventaja y motivación para continuar.

Asignación de recursos

El siguiente paso es decidir cuanto tiempo y dinero estamos dispuestos a invertir en nuestro negocio. Porque al final, esos son los recursos primarios de tu proyecto. Si tú has elegido en vez de tener una inversión inicial, desarrollar el proyecto por tu cuenta, considera que vas a requerir de un ingreso que solvente el tiempo que dedicas al desarrollo de tu negocio. Por otro lado, si decides invertir dinero antes que tu propio tiempo, es importante que dediques tiempo a comprender la estrategia financiera de tu negocio. A veces caemos en un optimismo desmesurado en este paso, muchas veces por que nuestro plan financiero contempla el dinero de alguien más o un ahorro que ya tenemos disponible. Para evitar esto, pregúntate si te atreverías a financiar tu proyecto con un préstamo del banco Si la respuesta es no, probablemente es momento de revisar tus números de nuevo.

Programas piloto

Por último, vamos a visualizar como sería emprender del modo más sencillo posible. Si tu idea es demasiado compleja como para iniciarla con lo que hoy tienes, probablemente vale la pena simplificar la idea antes de hacer un esfuerzo en conseguir recursos adicionales. Esto tiene que ver con el realizar los programas piloto. Puedes tener un plan de negocios muy extenso, pero no es hasta que lo pongas a prueba que vas a conocer su validez. Iniciar una prueba con un nivel de riesgo controlado, te va a dar mucho aprendizaje de cómo se comporta tu negocio y tu mercado meta.

Conclusión: Emprender es un proceso de aprendizaje y compromiso.  Es posible que, en camino, no sólo transformes tu idea, sino tú mismo modifiques tus propias creencias, hábitos y comportamientos.  Encontrar la autenticidad y la congruencia en tu modelo de negocio te impulsará a tomar acción en tu emprendimiento.